|
|
|||||||
|
|||||||
|
|||||||
|
|||||||
|
|||||||
|
|||||||
- | |||||||
Aturem el mur de l'apartheid a palestina
|
|||||||
MANIFIESTO Hoy, día 9 de noviembre, fecha en la que se conmemora la caída del Muro de Berlín, nos hemos congregado aquí a fin de expresar nuestra más enérgica repulsa ante la construcción de un nuevo muro: el Muro que está levantando el gobierno de Israel en los territorios palestinos ocupados. En nombre de la seguridad, el actual gobierno de Israel, encabezado por Ariel Sharon, ha puesto en marcha el mayor proyecto de anexión del territorio palestino que ocupa desde 1967, encuadrándose dentro de la política de hechos consumados que los sucesivos gobiernos israelíes han llevado a cabo desde entonces. En una primera fase del Muro, se estima que más de 210.000 personas que viven en los 67 pueblos y ciudades palestinas colindantes con la línea de armisticio, establecida en 1949, se han visto dramáticamente afectados. Para las futuras fases, la trayectoria del Muro se adentra hasta 20 kilómetros dentro del territorio palestino, de acuerdo a las necesidades de los colonos israelíes que habitan los asentamientos en Cisjordania, incluidos los de Jerusalén Este, en un afán de incorporar al menos a 200.000 de ellos en el lado israelí. Esta política demuestra, una vez más, la falta de voluntad por parte de las autoridades israelíes de alcanzar un acuerdo de paz justo y duradero que ponga fin a la ocupación y sus nefastas consecuencias tanto para el pueblo palestino como para el pueblo israelí. Desde 1967, las sucesivas declaraciones de paz han ido acompañadas de acciones sobre el terreno para afianzar sus ambiciones anexionistas sobre el territorio palestino, como son la usurpación de tierras, la apropiación de acuíferos, la construcción de asentamientos y la deportación de población. La población palestina no ha dejado de sufrir los efectos devastadores de la ocupación. Desde la firma de los Acuerdos de Oslo, que habían vislumbrado un halo de esperanza, el pueblo palestino ha visto como se ha disparado la colonización de su territorio y sesgado su libertad de movimientos. La construcción del Muro les aislará del mundo exterior, quedando su suerte bajo el control absoluto del ejército de ocupación israelí. A fin de construir el Muro, Israel está llevando a cabo la confiscación de tierras, la destrucción de casas, comercios, colegios, recursos acuíferos y tierras de cultivo, violando de forma flagrante el Derecho Internacional. Sirva de ejemplo el caso de la ciudad palestina de Qalqiliyya, que con 40.000 habitantes ha quedado totalmente rodeado por el Muro y con un único acceso de entrada y salida con un horario restringido de apertura, custodiado por la arbitrariedad de los soldados de turno. La población ha quedado separada de sus tierras de cultivo y los comerciantes no pueden vender sus productos. Ante la desesperación económica, las tierras se abandonan y los comercios cierran, forzando el éxodo de la población a otras zonas de Cisjordania. Esta situación está provocando nuevos desplazamientos internos de la población, tal como ocurriera en 1948 y 1967. Confinando a la población en cárceles colectivas, el gobierno de Israel busca destruir a la Autoridad Nacional Palestina y sus instituciones, minar los estamentos económicos, sociales y culturales, además de arrebatar a todo un pueblo el derecho inalienable a la educación, a la salud y al desarrollo. Esta política sólo puede propiciar el caos y la pobreza que les conduzca al abismo. En otras palabras, la destrucción de la sociedad palestina en su conjunto, que imposibilite el establecimiento del Estado independiente de Palestina. Nos tememos que el siguiente paso pudiera ser el inicio de la deportación y traslado masivo de población seguido de la anexión oficial del territorio palestino. Ante esta situación insostenible, debemos condenar una vez más y contundentemente la pasividad internacional. La memoria del Consejo de Seguridad y la Asamblea General de Naciones Unidas reflejan como las innumerables resoluciones de condena a Israel se han convertido en papel mojado, pasando por la condena de la ocupación del territorio palestino, la anexión unilateral de Jerusalén Este después, la presencia de colonos de la fuerza ocupante en el territorio ocupado y los castigos colectivos contra la población civil, incluyendo la última resolución de la Asamblea General condenando la construcción del muro. Todo ello con el apoyo incondicional de los Estados Unidos, con la firma de acuerdos estratégicos fuera del marco de Naciones Unidas. Pero lo que más nos preocupa e inquieta como ciudadanía europea, es la incapacidad de la Unión europea de presionar al Estado de Israel, tal como se hizo en el caso de Sudáfrica, a través de la suspensión de los Acuerdos de Asociación. Las fuerzas democráticas que apoyamos la justicia y reivindicamos el respeto al derecho internacional, ante el deterioro total de la situación, exigimos el envío urgente de un cuerpo de observación internacional bajo el mandato de Naciones Unidas para salvaguardar la integridad del pueblo palestino. El Muro de Berlín cayó en 1989 por las presiones ejercidas tanto desde el interior como del exterior. La comunidad internacional rechazó su existencia desde el inicio de su construcción y no cesó en su empeño hasta ver su destrucción. También este nuevo muro, al igual que todos los demás muros erigidos en el mundo, debe caer desde dentro y desde fuera. Desde aquí, desde Madrid, nos solidarizamos con los sectores que luchan por la paz en el seno de Israel y que alzan su voz contra la indignidad de este nuevo muro. Asimismo, hacemos un llamamiento a la sociedad israelí, que sufre con angustia la inseguridad producto de la política de sus gobernantes, que reaccione y se conciencie de que la condición sine qua non de la seguridad supone el fin de la ocupación de los territorios palestinos y que la paz no se consigue levantando muros y creando campos de concentración. En solidaridad con el pueblo palestino, más amenazados que nunca, urgimos a la comunidad internacional a que ponga en marcha los mecanismos a su alcance que detengan este crimen contra la humanidad y culminen con el reconocimiento claro y conciso de los derechos nacionales del pueblo de Palestina. Por eso, exigimos:
|
|||||||
|
|||||||
|
|||||||
|
|||||||
Per una televisió educativa, pública i valenciana Els experts en educació i comunicació afirmen que la televisió compta amb importants recursos per a educar i influir positivament en la infància i la joventut, però que està sent desaprofitada. La televisió pública valenciana mai no s’ha caracteritzat per impulsar iniciatives que exploten el potencial educatiu del mitjà. Malauradament, en les decisions dels directius de Televisió Valenciana ha pesat més la dinàmica de mercat o el simple desinterés que la voluntat d’oferir qualitat en la programació dirigida als més joves. Això ha fet que, per exemple, les franges infantils i juvenils de la cadena estiguen desbordants de publicitat, explícita o encoberta i, el que és pitjor, que l’anomenada "producció pròpia" siga sempre sacrificada per abaratir costos. Canal 9 no és un model de televisió intel·ligent ni aposta per un projecte educatiu compromés i de servei públic. Aquesta televisió necessitaria un viratge radical en la programació per a incorporar-hi criteris sòlids que optimitzaren el potencial formatiu i socialitzador de la televisió. Es tractaria d’introduir-hi continguts de qualitat, que posaren en primer pla la realitat immediata de les valencianes i els valencians i que fomentaren els valors d’educació ciutadana. No és demanar massa: simplement, que es fomenten els valors que el nostre propi sistema educatiu proclama i que la televisió pública està obligada a respectar i fomentar. Però s’han desaprofitat massa oportunitats i ara, en un nou pas avant, el Govern de la Generalitat pretén dilapidar i posar a la venda la televisió que paguem entre tots. Si l’operació finalment es consuma, s’esfumarien de manera irremeiable les possibilitats educatives del mitjà per als estudiants i per a tota la població infantil i juvenil. Serien precisament les audiències joves les més perjudicades en aquest desficaci, perquè Televisió Valenciana podria esdevindre encara, només si manté el seu caràcter públic, un excel·lent instrument educatiu arrelat i modern. Amb la privatització de Canal 9 tota la comunitat educativa perdrà un recurs de primera magnitud per a encarar els importants reptes educatius del nou segle. Però encara som a temps d’impedir-ho participant activament en la resposta ciutadana i signant de manera individual i col·lectiva el manifest unitari de la Plataforma "Per una Radiotelevisió pública al servei de la ciutadania i de la democràcia". En el futur de Televisió Valenciana tota la comunitat educativa ens hi juguem molt.
|
|||||||
|
|||||||
|
|||||||
<començament | ensenyament | sanitat | serveis públics