VALORACIÓN DEL PROYECTO EDUCATIVO: “ALBACETE-CIUDAD EDUCADORA”

 Siendo rigurosos, no puede hacerse un balance definitivo del funcionamiento y desarrollo del proyecto educativo, “Los tiempos escolares en el marco de una ciudad educadora”, que se está viviendo en el municipio de Albacete en su primer año de puesta en marcha, tras siete meses de su inicio. No obstante, con muchos aspectos a mejorar y consolidarse otros en los próximos meses y cursos, aparecen signos evidentes que indican que nos encontramos en el camino adecuado y que se están dando pasos importantes en el progreso cualitativo de la educación, entendida como proceso global de atención a la infancia, con la implicación de centros educativos, familias, instituciones, asociaciones, ...

Una de las características más importantes del proyecto es que no se trata de la acción individualizada de cada uno de los colegios implicados, públicos y concertados, ni siquiera de la suma de actuaciones de todos ellos. Respetando la autonomía y características de cada centro, el proyecto responde, tanto en su gestación como en su desarrollo, a la acción coordinada de todos los centros, la mayoría de los existentes, que asumen un mismo proyecto educativo global de ciudad, la ciudad educadora, al que el Ayuntamiento pone a su disposición sus recursos, optimizándose los mismos, convirtiéndose así en proyecto municipal, que genera una realidad singular, “la ciudad de los niños” en palabras de nuestro alcalde, experiencia que está siendo observada con muchas expectativas en otros lugares de España y de la que se nos demanda información.

Estas observaciones generales se pueden concretar en los siguientes aspectos:

1) Aprovechamiento del tiempo educativo:

Respecto al modelo anterior, el proyecto ha supuesto una mejor estructuración de los tiempos escolares, diferenciándose claramente cuatro de ellos, que superan la casi dedicación lectiva que teníamos.

Se consolida la idea de horario general del centro, como espacio temporal en que permanece abierto y en el que se desarrollan todas las actividades educativas. El colegio deja de ser el ámbito en el que se desarrollan las actuaciones tradicionales, dar o recibir contenidos educativos, ampliándose a todos los campos de la educación, generándose nuevas realidades que atienden a las necesidades de los niños y sus familias en la frontera del siglo XXI con las siguientes concreciones:

a) Aula matinal de acogida:

Una de las dos modalidades del servicio educativo de comedor, como primer tiempo escolar que va de 7,30 a 9 horas, período durante el cual, con flexibilidad de incorporación, son acogidos en los centros educativos aquellos alumnos cuyos padres tienen dificultades para una atención adecuada de los mismos, con unos costes razonablemente bajos, subvencionados en su caso, sensiblemente inferiores a las soluciones que tenían que abordar las familias. Desayunan y realizan actividades, incorporándose a las 9 horas a sus respectivas clases, sin salir del recinto escolar, bajo el control del personal destinado al servicio.

Esta modalidad educativa está funcionando en nueve centros, todos ellos acogidos al proyecto de ciudad educadora, con una notable satisfacción de los niños y sus familias.

b) Tiempo lectivo:

De 9 a 14 horas, en cinco sesiones, con tiempo de recreo poco después del ecuador de la jornada.

La experiencia de estos meses ha demostrado que, frente a las opiniones de los que vaticinaban los peores augurios anunciando la aparición del cansancio escolar, hemos constatado que los que mejor se han adaptado al nuevo modelo han sido los alumnos, especialmente los más pequeños. Se esta dando un mejor aprovechamiento y rentabilidad del período lectivo. Los niños de educación infantil ya no traen el almodón al colegio para dormir tal y como ocurría en la jornada vespertina del modelo anterior.

c) Comida de mediodía:

La segunda modalidad del servicio de comedor que funciona en la práctica totalidad de los centros educativos de infantil y primaria y que se extiende desde las 14 a las 16 horas. Además de que se ha reducido el tiempo en que los niños permanecían en el centro se han experimentado otras mejoras. Aquellos que lo necesitan, por exigencias laborales de los padres, o simplemente lo desean, se quedan hasta las 17 horas, en los centros de gestión municipal (la mayoría) atendidos por los mismos monitores del comedor, con una aportación simbólica de 5 € al año, abarcando, con mayor racionalidad, el mismo horario que la jornada partida.

Los contrarios al proyecto manifestaban que este haría desaparecer los comedores escolares, afirmación, como otras, alejada de la realidad. Durante este curso se han abierto más comedores y están desapareciendo las listas de espera. Con el nuevo horario, muchas familias ya no precisan que sus hijos se queden en el comedor,facilitándose así la convivencia.

d) Actividades extracurriculares:

De 16 a 18 horas, en los centros educativos y en las diferentes instalaciones municipales.

Están participando unos 5.000 alumnos en las actividades que se desarrollan en los colegios más un número considerable en dependencias municipales, duplicándose e incluso más los que anteriormente participaban. Por otra parte, el horario es más razonable que anteriormente en que algunos niños permanecían en los centros hasta las 20 horas, incluso en pleno invierno.

La oferta es más amplia y variada que con la jornada partida, con aportaciones familiares sensiblemente inferiores.

Además de lo anterior y como consecuencia de ello, en el horario general del centro se ha posibilitado un período para actividades de los padres, incrementándose la mismas.

2) Apertura de los centros:

Como consecuencia del desarrollo del proyecto, los colegios han experimentado una mayor apertura al entorno que se ha concretado en una mayor participación de la comunidad educativa, especialmente de los padres y madres, cuyo protagonismo en la vida interna y sobre todo en la responsabilidad de la planificación y seguimiento de las actividades extracurriculares se ha incrementado considerablemente.

Los centros, tal y como se deriva de los expuesto en el punto 1, han ampliado su campo de actuación y su horario de apertura con las consecuencias favorables para la comunidad educativa y la sociedad en general, generándose nuevas realidades (aula matinal) que atienden a las necesidades actuales.

3) Mejora de la organización y funcionamiento:

Además de que el funcionamiento lectivo tradicional ha experimentado una mejora apreciable, algo que constatan en el quehacer diario uno de los activos importantes de la educación, los maestros y maestras, el nuevo modelo ha propiciado avances significativos en la organización de los centros en aspectos de dinámica interna, no suficientemente valorados, que inciden en el progreso cualitativo del proceso educativo.

La “tarde pedagógica”, que implica la presencia de todo el profesorado una tarde semanal durante un período de tres horas, ha incrementado las relaciones de coordinación entre las diferentes estructuras docentes (nivel, ciclo, etapa y claustro) al tiempo que ha potenciado la acción tutorial, sobre todo en lo referente en las relaciones con los padres. Estos, con un horario más adecuado, acuden en mayor número y con más regularidad a los centros para contactar con los maestros de sus hijos.

4) Optimización de los recursos de los centros y de la ciudad:

Es en este apartado donde ya se aprecian con nitidez avances muy importantes respecto a la situación anterior. Los centros amplían su oferta complementándola con la de los recursos municipales sin incrementos considerables de costes, utilizando de manera coordinada todo los disponible.

La ciudad se transforma progresivamente así en un agente educativo global que forma a ciudadanos en la primera etapa de la vida al tiempo que se adecua a los nuevos tiempos, con otras características y otras necesidades. Todo el entorno se transforma en elemento educativo (las calles, las plazas, los parques, los centros socioculturales, las piscinas, los polideportivos, las bibliotecas, la universidad popular ...).

5) Coordinación intercentros:

Se ha mejorado la actuación coordinada de los centros educativos (públicos y concertados) con la implicación de todos ellos en un proyecto global común que facilita las relaciones y contactos periódicos.

Ha surgido un sentimiento de complicidad recíproca y colectiva entre todos los profesionales de la educación que está empezando a dar sus frutos, intercambiando experiencias.

Se ha mejorado notablemente las relaciones entre centros públicos y concertados, superándose barreras diferenciadoras, sintiéndose ambos niveles de oferta educativa cómplices y protagonistas de la misma realidad, aunando esfuerzos y recursos.

6) Receptividad y aceptación del proyecto:

Tras las reservas iniciales, comprensibles ante cierta incertidumbre, potenciada por algunos contrarios al cambio, se ha conformado, sobre todo en sector de padres y madres, un grado importante de aceptación del proyecto y de sus posibilidades futuras. En este sentido, es significativo el cambio cualitativo y cuantitativo que se ha producido en los siete meses de funcionamiento del proyecto.

En la primera fase de modificación de tiempos escolares, en el curso 2003-04, aunque en un número importante de centros (24) consiguió abrirse camino la implantación del proyecto, el proceso tuvo cierta tensión, con votaciones ajustadas en algunos centros. En la segunda fase, curso 2004-05, sin apenas campaña de difusión, simplemente valorando el funcionamiento de los centros que lo habían iniciado, los padres lo han apoyado de manera clara y rotunda de tal manera que su pronunciamiento ha sido favorable en todos los colegios en que se ha planteado, incluso en uno de ellos que ya funcionaba lo han ratificado casi por unanimidad.

El curso 2005-06 nos presenta el reto de desarrollar el modelo de ciudad educadora en todos los centros públicos del municipio, excepto en dos, y en seis concertados. El esfuerzo de todos, profesores, familias e instituciones, y la ilusión depositada presagian resultados positivos para la educación.