Revista de Premsa

 

EL PAÍS - 06-06-2005

El proyecto Edukalibre favorece la creación de materiales docentes de forma colectiva

El prestigio de los necios

EL PROCESO DE BOLONIA

 

El proyecto Edukalibre favorece la creación de materiales docentes de forma colectiva

M. A. - Madrid

 

La Universidad Rey Juan Carlos está poniendo a punto el proyecto Edukalibre, que posibilita la creación colectiva de materiales docentes a través de Internet. Profesores y alumnos podrán elaborar cooperativamente cualquier tipo de texto (apuntes, artículos, libros) con independencia de su localización geográfica. Hasta el momento, se ha creado la primera versión del software de este programa. Gracias a esta iniciativa, financiada por la Comisión Europea, un profesor de una universidad madrileña podrá, por ejemplo, crear la primera versión de un libro que después sea utilizado por otros docentes y alumnos de varios centros de toda Europa, que a su vez podrán aumentar, corregir y mejorar los contenidos del libro.

El proyecto Edukalibre se desarrolla en el marco del programa europeo Minerva, cuyo objetivo es introducir las nuevas tecnologías en el aula. En él participan seis instituciones de Suiza, Reino Unido, República Checa, Alemania, Portugal y España, todas ellas coordinadas por el profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, Jesús M. González Barahona.

 

El prestigio de los necios

Rafael Argullol es escritor y filósofo.

 

EL PAÍS - Opinión - 06-06-2005

En el suicidio de la joven de Elda sometida a acoso escolar se reúnen muchas circunstancias tristes e inquietantes, pero una, particularmente siniestra, nos indica hasta qué punto la necedad ha llegado en nuestros días a gozar de un prestigio que parece imparable. Según las informaciones que hemos podido leer en los periódicos, esta estudiante de 16 años, con un excelente rendimiento escolar en el pasado, había empezado a suspender asignaturas para, así, confundirse con la mediocridad general y, en consecuencia, librarse, con un poco de suerte, de la presión brutal que padecía.

No lo consiguió, pero su caso se asemeja en todo a los informes que una y otra vez nos dan a conocer el estado de sitio en el que se encuentran muchos de los institutos de enseñanza media en los que el conocimiento ha pasado prácticamente a la clandestinidad. Aunque suene a disparate difícil de creer, no es infrecuente, de acuerdo con tales informes, que los escasos estudiantes propensos a leer algún libro lo hagan en secreto, ocultos a las miradas de los demás, no sea que llegue a los matones de turno y sus estultos seguidores la noticia de que alguien quiere saber algo que no está en la televisión o en la publicidad.

Desde luego, ni el acoso escolar ni la existencia de matones tiene nada de nuevo y todos seguramente recordaremos episodios de violencia en nuestra adolescencia y también antes en la niñez. La novedad estriba en el actual prestigio de la necedad, a la que no sólo no se pone socialmente coto, sino que se alaba hasta límites seguramente insospechados en cualquier época precedente. Los jóvenes de nuestro tiempo están tan acostumbrados a comprobar que a su alrededor lo necio es más valioso que lo noble que dan casi por descontado hacia dónde debe dirigirse uno si quiere prosperar o simplemente resistir.

El necio posee la llave del paraíso, y para hacerse con ella es importante compartir sus armas: la vulgaridad, la estupidez y esa entrañable y racial costumbre que nos lleva a preferir el gracejo a la inteligencia y la picardía a la cultura. Naturalmente, por sólido que fuera nuestro sistema escolar, que es más bien miserable y se ha empeorado gracias a las sucesivas reformas, nada podría hacer ante el acoso de la necedad proveniente de todos los rincones.

El pequeño matón y su imprescindible pareja, el servil reidor de sus gracias, crecen en la convicción de que el mundo está formado por gentes como las que ellos aspiran a ser, es decir, una legión de matones y serviles reidores. No entienden, por tanto, que deban modificar en absoluto su conducta, puesto que los triunfadores -los que les dicen que cuentan- ya son como ellos; si se afanan en su chulería y su servilismo, lo serán en el futuro.

El cachorro de la hiena, depredadora y riente, se ve inmerso así en una suerte de anticaverna de Platón por la cual lo auténticamente existente, lo que está más allá de las imperfectas necedades cotidianas, la Necedad Absoluta, será aquel paraíso cuya llave le brindan abundantes guías.

¿Y antes de encontrarlos en la propia escuela el aprendiz de matón dónde ha encontrado tantos guías? Casi a cada instante de su vida.

Si dejamos de lado a las familias (¿pueden dejarse de lado en esta cuestión cuando escuchamos el hermoso y rico lenguaje familiar en calles, restaurantes y lugares de ocio?) para trasladarnos a una esfera menos íntima comprobaremos que el aprendiz de matón tiene tantas oportunidades para su aprendizaje que sería un milagro verle desviado hacia una mayor competencia moral. Desde que ha tenido uso de visión el desfile de imágenes ha sido incesante y en una inmensa mayoría ha descubierto la rentabilidad de la trampa y de la violencia. Paralelamente se ha ido cerciorando de que la verdad tiene escasa importancia en relación a la capacidad de persuasión. Por fin también ha sabido que ridiculizar otorga más dividendos que argumentar. Con los ojos pegados a la pantalla, el aprendiz de matón y su servil acompañante aprenden, paso a paso, el camino del porvenir.

Cuando despegan los ojos de la pantalla, lo cual a menudo sucede muy poco, el lenguaje que llega a sus oídos también les señala el camino: pocas palabras -y cuanto más reiteradas, mejor- con la suficiente dosis de bronca y zafiedad. Son las que escuchan por todos lados y corroboran que son las "únicas", no sólo porque nadie se atreve a corregirles, sino porque la publicidad las adopta como consignas. ¿Para qué buscar un lenguaje más complejo y que describa mejor la complejidad del mundo si el triunfo social está equiparado al mayor de los simplismos? ¿Para qué la cultura si los adultos acogen y aconsejan la necedad?

El aprendiz de matón se siente seguro del camino escogido porque no ve indicio alguno de que las cosas vayan en otra dirección. Poseedor de todos los derechos e ignorante de cualquier deber, se convierte en un maestro del chantaje. Nada es más útil que infundir temor en un mundo en que los padres tienen miedo de los hijos, y los profesores, de los alumnos.

¿Y qué decir de la vida pública? En el supuesto de que el matón llegara a interesarse por la vida pública percibiría que tampoco allí la ley es distinta y que con tranquilizadora frecuencia -para él- en el escenario político conviven también la coacción y el servilismo. El aprendiz, ya muy avanzado su aprendizaje, podría identificarse fácilmente con algunos de los personajes que pueblan los foros y las tertulias y convencerse de que la autoridad moral se expresa por la boca de gritones, maldicientes y analfabetos.

¿Cómo no va haber matones en las escuelas o en las calles o en las casas si los hay en los parlamentos, y con tantos siervos dispuestos a reírles las gracias?

 

EL PROCESO DE BOLONIA

REPORTAJE

La convergencia europea, en cuestión

1.978 profesores universitarios han firmado un texto contra la aplicación del proceso de Bolonia

MARTA AGUIRREGOMEZCORTA - Madrid

EL PAÍS - 06-06-2005

La convergencia europea será el fin de la universidad del Viejo Continente. Por lo menos, tal y como la entendemos ahora. A partir de entonces, esta institución se parecerá mucho más a la universidad americana: su financiación procederá en gran parte de empresas privadas y será más elitista. Esto es el resumen de lo que piensa el Colectivo de Profesores por el Conocimiento, que ha redactado el manifiesto ¿Qué educación superior europea?, al que hasta el momento se han adherido 1.978 profesores de prácticamente todas las disciplinas y de todas las universidades españolas, la mayoría públicas, pero también de la UE. El manifiesto, que ha sido enviado ya a la ministra de Educación, María Jesús San Segundo, partió de la iniciativa un grupo de docentes de la Facultad de Filosofía de la Complutense y corrió de "boca en boca". En este documento, catedráticos, profesores titulares y contratados, investigadores y becarios de investigación señalan que están preocupados "ante la orientación que el proceso de construcción de un Espacio de Educación Superior está adoptando en lo que a las reformas de las estructuras se refiere, así como a la noción misma de universidad y de su papel en la educación superior". Estos profesionales -que no son euroescépticos- son conscientes de "la necesidad de transformaciones profundas" en la Universidad, pero advierten de que ha de llevarse a cabo "un debate público en el que puedan someterse a crítica algunos aspectos de especial relevancia". En esta discusión, aseguran, han de intervenir profesores y estudiantes universitarios.

La Declaración de Bolonia marcó el inicio, en 1999, del proceso de convergencia europea de la educación superior. De él forman parte ya 45 países (la mayoría de ellos, europeos). La idea es armonizar sus sistemas universitarios antes de 2010 con el objetivo de fomentar la movilidad entre titulados, alumnos y profesores. España no es la única que actualmente está llevando a cabo un proceso de reconversión de su Universidad. Actualmente, los países europeos se encuentran inmersos en la adaptación de su sistema educativo superior a la UE.

El manifiesto del Colectivo de Profesores por el Conocimiento está traducido al inglés, alemán, francés, italiano, griego, catalán, y gallego (próximamente lo estará también en danés). Éstas son las principales preocupaciones que plantea:

- Al servicio del mercado. Estos docentes temen que la Universidad se ponga al exclusivo servicio de la empresa y que se atienda únicamente a la formación de los profesionales solicitados por las compañías. Les preocupa que se "menosprecie" otro tipo de demandas desligadas de intereses mercantiles y directamente relacionadas con la adquisición de "una sólida formación teórica en una determinada especialidad científica o humanística". Estos profesores temen que "la adaptación de los estudiantes al mercado de trabajo sea la única finalidad de la formación universitaria y deba traducirse en la adquisición de habilidades, destrezas y competencias, lo que de hecho supone un vaciamiento de contenidos".

- Universidad elitista. A estos docentes les preocupa que se acentúen las diferencias sociales en el acceso a la Universidad en el caso de que los títulos de grado acaben significando "un mero pase" al mundo laboral mientras que los posgrados, "los que verdaderamente van a introducir la diferencia en cuanto a la cualificación, se conviertan en un negocio".

- Falta de financiación. "Nos preocupa que no se afronte la reforma universitaria con un estudio serio de las necesidades económicas (aumento de plantilla, remodelación de edificios, nuevos equipamientos), sin lo cual está condenada al fracaso", asegura el manifiesto. El documento plantea el temor de que se reduzca el peso económico del Estado en la educación y de que se condicione la financiación pública a la previa obtención de la privada.

- Gestión de la Universidad. Estos docentes recelan de que la Universidad termine gestionándose como una empresa, "lo que implica concebirla como un negocio del sector de servicios, al tiempo que el conocimiento se convierte en una mercancía y los alumnos, en clientes".

- Aprender a aprender. Al Colectivo de Profesores por el Conocimiento les preocupa que bajo el lema De la enseñanza al aprendizaje la psicopedagogía acabe por marcar la pauta del resto de disciplinas. Temen que ésto desemboque en "un aumento desmesurado" de su trabajo burocrático (programación, temporalización, fichas, guías docentes) que merme sus energías sin aumentar la calidad de su docencia. Estos profesionales se quejan de que se termine valorando al profesorado no por sus méritos docentes e investigadores, sino por su capacidad de adaptación a las nuevas tecnologías y a la pedagogía del aprender a aprender.

- Cambios en las titulaciones. Otro de sus temores es que los cambios "no sean respetuosos con la idiosincrasia de cada uno de los estudios universitarios y se aplique un modelo único para todas las titulaciones en el que domine casi por completo la profesionalización".

 

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